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16 de des. 2016

In search of fairness. Critical design alternatives for Sustainability


Abstract.
Caught between the infinite promise unleashed by technology proliferation and the unprecedented scale of resource depletion, waste and inequity, we inhabit a space where critical alternatives are sought more than ever. As a reflection of the above, we find in HCI, a slant towards technological fixes to existing sustainability problems, as opposed to a more holistic approach that includes behavioural and societal change. It is within this context that this paper is situated, where we propose a socio-ecological approach and argue our case for a life-cycle lens towards building systems that are in line with current understanding of the earth’s finite resources. We do so by presenting an illustrative case study of what such critical alternatives might look like, by examining the Fairphone movement. We contribute to a deeper understanding of how social value laden enterprises along with open technological design can shape sustainable relationships between our environment and us. 

Related paper presented at ICT4S: http://www.atlantis-press.com/php/pub.php?publication=ict4s-env-15&frame=http%3A//www.atlantis-press.com/php/paper-details.php%3Fid%3D25836182

Tessy Cerratto Pargman
http://teresacerrattopargman.blogs.dsv.su.se
 I am an associate professor of Human-Computer Interaction (HCI) at Stockholm University (SU) in Sweden since February 2003. My research belongs to the research field of human-computer interaction (HCI) and Technology Enhanced Learning (TEL). I am interested in the relationship between writing, meaning and technology from socio-cultural and critical perspectives of literacy and tool use. I work with a particular focus on design, adoption and use of technologies for participatory and collaborative purposes. I have after my sabbatical at UCI developed a special interest in issues pertaining to information technology and sustainability in HCI. I lead the research group on Critical Computing (CRITIC) and since january 2016 I am head of Interaction Design and Learning  (IDEAL) research unit at the Dept. of Computer and Systems Sciences at Stockholm University.

Somya Joshi is a research scientist with expertise in the field of Human Computer Interaction when applied to Social Innovation & Sustainability. Her specialisation falls within the applied context of technological innovation, particularly in how it translates into transparency in governance, environmental conservation and health services within the developing world. She has experience working with a range of partners from academia, industry, NGOs, as well as international development organisations, towards the common goal of facilitating inclusive development. 
Currently, Somya is a Senior Lecturer and Research Fellow at eGovernance-Lab, within DSV (Department of Computer & Systems Science) at Stockholm University. She is responsible for course development and teaching on two Masters programs - namely: ICT4D, as well Open Governance & e-Democracy. In addition to this, she is teaching an Undergraduate course on Participatory Design and HCI - with a specific focus on Sustainability. Somya is at present project managing and researching within pan-European projects that aim to bring together the political-ecology of participation and sustainability within the same discourse.

Fairphone 2 Supply Chain




https://open.sourcemap.com/maps/57bd640851c05c0a5b5a8be1

14 de nov. 2016

Cómo evitar comprar móviles con 'minerales de sangre'?

http://www.eldiario.es/desalambre/evitar-comprar-moviles-minerales-sangre_0_580242122.html

Cómo evitar comprar móviles con 'minerales de sangre'?

A pesar de la explotación y abusos escondidos en el coltán procedente del Congo, el mercado mundial de los componentes para móviles apenas se está empezando a regular y sin consistencia
Europa consume un 25% mundial de los llamados 'minerales de sangre' y 880.00 empresas europeas los usan para sus bienes de consumo 
La falta de regulación provoca que, como consumidor, no hay manera de estar seguros de que nuestros teléfonos no lleven 'minerales de sangre'



La afluencia de visitantes al Mobile World Congress supera las previsiones
Imagen de archivo: Vista del stand de la compañia china ZTE en el Mobile World Congress. EFE




Entre las modelos, las luces y una montaña rusa virtual, saco las piedras de coltán que nos regalaron el año pasado en una mina congoleña (una más). Entre los stands del Congreso Mundial del Móvil (WMC) están todas las grandes marcas. Es la gran cita anual de la telefonía móvil.  Estamos a finales de febrero, en la entrada chilla el eslogan “el móvil lo es todo” y Europa aún no ha regulado el mercado de los minerales de sangre que alimentan este “todo”.
Las fuentes de Montjuïc deleitan con colores a los acreditados internacionales en una “Barcelona, capital del móvil”, mientras la ausencia de los dos grandes protagonistas, el coltán y Congo, dibuja la paradójica desconexión de la sociedad hiperconectada. 
Tras diez años cubriendo la guerra más mortífera del planeta, en República Democrática del Congo y siguiendo el comercio de minerales sacados de miles de minas artesanales, me encuentro en mi ciudad natal investigando el otro lado de la cadena: los compradores. En la zona donde se libra el conflicto, en Congo, es donde se concentran las reservas más grandes del mundo de coltán (tántalo).
“El tántalo (que se extrae del coltán) tiene unas propiedades únicas”. Eva Vidal, ingeniera de la UPC, abre cuidadosamente un teléfono y levanta con las pinzas una pequeña pieza dorada. “Sin él, los smartphones no funcionarían y actualmente no hay alternativa para reemplazarlo”.


Trabajo de los mineros que extraen coltan del la mina de Senator Edouard Mwangachuchu en North Kivu (RDC). / Foto: Lucas Oleniuk (Efe)
Trabajo de los mineros que extraen coltan del la mina de Senator Edouard Mwangachuchu en North Kivu (RDC). / Foto: Lucas Oleniuk (Efe)

Sin control

Es el metal más valioso de nuestra era, insustituible por ahora, y, a pesar de que el boom del coltán estalla en los años 2000, el mercado mundial de los componentes para móviles apenas se está empezando a regular, y sin consistencia. El pionero fue Estados Unidos, que aprobó la primera ley en 2010. Se insta a las empresas a presentar un informe anual a la Comisión de Bolsa y Valores explicando de dónde salen sus componentes. Pero los resultados del primer examen reflejan el fracaso.
Amnistía Internacional concluye que, en la primera entrega de resultados, en 2014, el 80% de las empresas no controla o no revela la procedencia de sus componentes, a pesar de la regulación. Entre las empresas estudiadas están Apple, Honda, Google, Boeing, Tiffany, Microsoft o Walt Disney.


Zuckerberg, módulos y curvas en el domingo pre Mobile World Congress
Imagen de archivo: Asistentes a la presentación de Samsung portan gafas VR en Barcelona EFE
En Bruselas es un taxista ruandés –guiños de la vida– el que me recoge en el aeropuerto y me lleva hasta el Parlamento Europeo. Es junio de 2015, la europarlamentaria Marie Arena, que ha luchado junto a otros diputados para que la ley sobre minerales de sangre en Europa tire adelante, ha convocado a una sesión para contar cuál es la situación en Congo.
Hablo de los empresarios congoleños, los que, lejos de Europa, se dedican a la compra-venta de coltán. La desinformación sobre Congo es sorprendente y, desde las elegantes instalaciones del Parlamento, superpobladas de cámaras y periodistas, me acuerdo de Sadok, el presidente de los comerciantes de Kivu Norte (la provincia congoleña más rica en coltán): “Tenemos que bailar al ritmo del mercado internacional. Nuestras voces no cuentan”. A pesar de ser los principales suministradores de este mercado, la decisión se toma en otra parte.  
Arena fue optimista. Se acababa de llegar a un acuerdo y Europa iba a empezar a regular. Pero la ley europea es aún más laxa que la norteamericana. Solo exige certificar a las empresas que importan el mineral en bruto, lo que exime a la mayoría, que importan los componentes con el mineral ya transformado.  
“Queremos regulación y certificación en toda la cadena. Que cualquier pieza que entre a Europa esté certificada. Desde el agujero donde sale el coltán, hasta el lugar donde, transformado, llega a Europa”, afirma el europarlamentario Javier Nart (Ciudadanos): “Si no circulamos a 120 por las calles de Madrid es porque hay sanción. Las cosas si no se regulan, no funcionan. Y a los grandes empresarios con las manos exquisitamente limpias, yo les llevaría a ver lo que está pasando en Congo”.

Sin información

“Congo es un conflicto conocido, pero su vínculo con la producción de nueva tecnología se desconocía por la mayoría de parlamentarios europeos”, señala Ernest Urtasun, europarlamentario de ICV. Lleva de nuevo la gran paradoja. En la Unión Europea hay 880.00 empresas que usan el tántalo, el estaño, el tungsteno y el oro en la producción de bienes de consumo. 
“En Europa vamos muy atrasados en regular esto. No éramos conscientes de cuál era el coste humano de este tipo de metales y qué efectos tenían en un conflicto.  Es fruto de la movilización de la sociedad civil y con el desarrollo de las nuevas tecnologías la cuestión se pone encima de la mesa”, explica Urtasun. 
Urtasun reconoce así la fuerza de la ciudadanía, de un centenar de entidades, ONG, activistas y periodistas que llevan años trabajando para que Europa asuma responsabilidades. En España es el caso de Alboan, Redes o Justicia i Pau, o de las campañas informativas de #ConflictMinerals o #ConnectCongo.  
Pero es esta misma red la que critica y rechaza el primer paso tomado por Europa, no solo por ser demasiado débil. También por no contar con las voces locales. 
“Quienes lo bloquean son los gobiernos”, asegura Urtasun. “El argumento (que usan) es que pedir evaluaciones demasiado exhaustivas puede tener un efecto negativo sobre la actividad de las pequeñas y mediana empresas, tener un coste económico muy elevado, y dejaría de hacerlas competitivas”. Y concluye: “La industria está jugando un papel de presión fuerte”. 
Un negocio millonario, en muy pocas manos y mala información. Con el condensador de tántalo en la mano, Eva Vidal, ingeniera, dice que ellos tampoco tienen forma de saber de dónde procede el mineral. El mercado es opaco y la poca información que trasciende sobre el conflicto es sobre el sufrimiento de las víctimas, no sobre sus vínculos con Europa, importador del 25% de los llamados minerales de sangre.

El único intento: Fairphone

Como consumidores, actualmente, no hay manera de estar seguros que nuestros teléfonos no llevan minerales de sangre. En un espacio alternativo al Congreso Mundial del Móvil, se habla de cómo cambair la industria. La representante de Fairphone, Daria Koreniushkina, cuenta esta alternativa: “Estamos construyendo un smartphone con el objetivo de resolver los problemas sociales y ambientales que genera la cadena de suministro que hay detrás la fabricación de los teléfonos. Desde las minas, pasando por el diseño o la producción en las fábricas y hasta al final, en el momento del reciclaje, para evitar los residuos electrónicos”.
“El aspecto más urgente son los cuatro minerales de sangre. Hemos logrado acceder a estaño y tántalo libres de conflicto procedentes de Congo y en el Fairphone II hemos introducido oro certificado. Es la primera vez que se lanza un proyecto así en la industria de la electrónica de consumo.” 
El de Fairphone es un objetivo que se topa con la gigantesca industria. “Sabemos que en algún momento un mineral limpio de conflicto se puede fundir con otras fuentes”. Así que mantener el móvil limpio “es casi imposible”.
Aún así,  Koreniushkina es optimista. “Hay 90.000 persones en Europa que han optado por comprar un Fairphone, y eso resulta inspirador. Porque es gente que ha demostrado que quiere marcar una diferencia, que quiere productos más éticos. Y creemos que eso puede motivar a toda la industria a actuar de forma más responsable".

3 d’oct. 2016

Tu viejo ordenador, convertido en pecera o barbacoa


http://tlife.guru/hogar/como-reciclar-reutilizar-viejo-ordenador/?rel=mas


ECOLOGÍA

Tu viejo ordenador, convertido en pecera o barbacoa

Cómo reciclar y reutilizar tu viejo ordenador
Gato acomodándose dentro de un antiguo ordenador Apple.
Siempre nos da pena tirar cosas, sobre todo las que nos han proporcionado momentos inolvidables como aquel viejo ordenador que metimos en el armario, pensando quizás que algún día lo volveríamos a usar. Pues ha llegado el momento, aunque no tanto de encenderlo y ponernos a cargar el Doom o elDuke Nukem para volver a echar una partidita, sino para sacarle algunas piezas y reciclarlas en otros menesteres más provechosos. Iniciamos el despiece…

LA PANTALLA

Adorabas aquel Apple G3 iMac, con ese diseño colorista, único, con la CPU integrada dentro de la pantalla. La pena es que dentro del armario no luce, así que convirtámoslo en un acuario. Esta es la idea que debió de tener el estadounidense Jake Harms cuando ideó su iMacquarium, un kit de pecera que viene acompañado de un vídeo para desmontar las piezas del iMac y convertirlo paso a paso en un acuario de 11 litros de lo más pintón. En la web de Harms puedes comprar el kit y ver otras ideas de reciclaje de ordenadores.
Si no tienes peces pero tienes un gato, también puedes hacerle su casita con el iMac. Aquí verás cómo hacerlo.

EL DISCO DURO

Con esta pieza se pueden hacer cosas muy interesantes, desde usarlo en una bomba de agua caseraconvertirlo en un altavoz y hasta fabricar motos en miniatura.

EL TECLADO

Todas esas teclas tenían que tener una finalidad decorativa, tan solo tienes que darle rienda suelta a la imaginación y comenzar a crear. Llaveros, bolsos, collares, marcos de fotos, camisetas… esas pequeñas teclas pueden dar mucho de sí. Aquí tienes algunas ideas.

EL RATÓN

Solo tienes que darte una vuelta por la Red para comprender que este pequeño periférico informático puede tener una segunda vida. He visto cinturones, soporte del cepillo de dientes, esculturas y hasta una luz para la bicicleta.

LA CPU

Si eres apañado con la informática con cuatro nociones puedes aprovechar todavía la CPU completa del ordenador. Con ella se puede hacer un servidor para backups, o parauna red local de ordenadores o incluso un sistema multimedia para el salón de tu casa. En la web de Xataka Home nos muestran cómo hacerlo.

EL VENTILADOR

El ventilador interno para refrigerar la CPU consume tan poca energía que puede tener muchas aplicaciones. Una de ellas es para la fabricación de un aparato de aire acondicionado casero, que además sale baratísimo. Mira el vídeo si quieres aprender a hacerlo.

LOS ALTAVOCES

Los altavoces integrados en el ordenador pueden tener un segundo uso, o bien fabricándoles una caja amplificadora con madera, cartón o plástico y simplemente conectándolos, o bien volviendo a darle uso a aquellos altavoces externos que teníamos antes. Para esto último tenemos la opción de convertirlo en altavoces bluetooth con un dispositivo llamado The Vamp que se conecta a cualquier bafle por muy antiguo que sea y lo transforma en inalámbrico.

Y HASTA LA CARCASA

Aunque le hayamos sacado todas las piezas no hace falta que tires la caja del ordenador, ya que aún puede tener algunos usos, como por ejemplo de barbacoa.

DÓNALO O RECÍCLALO

Si al final no te apañas para hacer nada de esto lo mejor que puedes hacer es donar tu ordenador. Te sorprendería la de usos que muchas ONG pueden hacer con ellos a través de diversos proyectos en países en desarrollo. En la web Planeta Futuro puedes encontrar algunos delos usos que aún puede tener tu ordenador en iniciativas como estas.
De todas formas, si el ordenador está muy dañado y ya no sirve para nada, pues a reciclar. Eso sí, siempre en el punto limpio, nunca directamente a la basura, ya que tiene componentes que pueden dañar el medio ambiente. Aquí tienes una web donde localizartu punto limpio más cercano.

8 de set. 2016

Solo uno de cada cuatro móviles se reciclan en España

http://economia.elpais.com/economia/2016/09/06/actualidad/1473185089_315246.html



Un juego: eche un vistazo a su cocina y compruebe cuántos aparatos no son eléctricos. Quizá se salve ese exprimidor manual, sí, o quizá ese mortero de madera. Lo demás tendrá cables, enchufes, resistencias, circuitos. También el móvil u ordenador desde el que está leyendo estas líneas. Son objetos con una existencia limitada, cada vez menos longevos y más perecederos. Cualquiergadget se nos queda viejo en cuestión de meses y corremos a renovarlo a la velocidad de la luz. Solo en España cada ciudadano produce 18 kilos de basura electrónica al año. Como si cada uno de nosotros se acercase al contenedor por su cumpleaños y dejase caer en él 180 smartphones.


El río de chatarra crece tres veces más rápido que las otras partidas de residuos. Las causas: el vertiginoso consumo de productos electrónicos y el reciclaje incontrolado de los aparatos desterrados. Según los últimos datos de Eurostat, en 2012 se pusieron en el mercado 574.000 toneladas de productos electrónicos en España. Las gestoras nacionales de estos residuos, sin embargo, estiman que en 2015 se comercializaron cerca de un millón y medio de estos aparatos. Casi el triple que hace tres años.
"Cada vez es más caro y difícil extraer metales de la tierra. Los residuos electrónicos son como el jamón. Hay que coger lo valioso de manera controlada para ahorrar recursos y no perjudicar al medio ambiente", señala Andrés Martínez, director general de Ecotic, gestora de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Por los canales regulados, a los que llega lo depositado en puntos limpios o contenedores específicos, circularon más de 400.000 toneladas de basura el año pasado. Es decir, se reciclaron uno de cada cuatro aparatos, cifra por debajo del 35% de la media comunitaria, en datos de Eurostat.


"Incluso algunos electrodomésticos acaban en una cuneta, o en en el fondo de un río", dice irónico Gonzalo Torralbo, secretario general de Recyclia, fundación que engloba varios gestores que abarcan todo el espectro de residuos electrónicos, como por ejemplo Tragamóvil (móviles) o Ecolum (lámparas). Los sistemas paralelos para desahacerse de estos residuos abarcan el millón de toneladas de basura restante, que se reparte entre los desguaces no homologados (talleres sin certificación adecuada), y el robo y la exportación de piezas. Este mercado ilícito provocó en 2015 un agujero económico de entre 800 y 1.700 millones de euros en España. Estos residuos, además, escapan de cualquier contabilidad.


¿QUÉ SE CONSIDERA UN RESIDUO ELECTRÓNICO EN ESPAÑA?


Los residuos electrónicos y eléctricos (RAEE) se clasifican en España en siete grupos ordenados de mayor a menor peligrosidad, como explica el Gonzalo Torralbo, el secretario general de Recyclia. También se consideran cuáles son para uso industrial y cuáles para uso doméstico. Son estos:
  • Grandes aparatos que intercambian temperatura: una nevera.
  • Grandes aparatos que no intercambian temperatura: una lavadora.
  • Pantallas.
  • Lámparas.
  • Pequeños aparatos: un secador, una licuadora.
  • Pequeños aparatos de telecomunicación e informática: un móvil.
  • Paneles fotovoltaicos.

El 70% de los aparatos electrónicos puestos en el mercado en España son "de los grandes", dice Torralbo: "Lavadoras, lavavajillas y frigoríficos, en su mayoría". Son también los más peligrosos a la hora de desmantelarlos. Contienen sustancias muy nocivas, como el fósforo o los gases CFC, que se volverán inocuas si se tratan de forma adecuada. Otras, como el plástico o el vidrio plomado, se valorizarán. "Las administraciones se tienen que responsabilizar. No podemos seguir despreciando las materias primas que hay en los residuos porque seguiremos dependiendo de terceros países."Europa es un productor y consumidor gigante", apostilla.
Los fabricantes tienen una meta a la que llegar: reciclar al menos el 45% de media de los aparatos comercializados en los tres años anteriores. Según Torralbo, estamos en los cuatro kilos por habitante. Un escaso 25% si tenemos en cuenta que consumimos 18 kilos al año.

Un problema universal

Hasta 60 elementos de la tabla periódica se pueden hallar en un aparato electrónico complejo. Entre ellos, algunos muy preciados: en 50.000 teléfonos hay contenidos un kilo de oro y diez de plata, convertibles en el mercado en unos 40.000 euros. La organización prevé que en 2017 se alcancen las 65,4 millones de toneladas, un 56% que la cantidad estimada hace apenas dos años.
Lo más probable es que un teléfono desechado no se recicle correctamente y acabe deconstruido en un vertedero. La ONU estima en un informe que menos de dos de cada diez aparatos fabricados en los países desarrollados se recupera de forma controlada. El 80% restante se destina a circuitos secundarios e ilegales ubicados en China —en Guiyu, provincia de Cantón, hay más de 100.000 personas empleadas en este negocio— y otros países africanos como Ghana, donde se emplaza el tristemente célebre vertedero de Agbogbloshie, uno de los lugares más tóxicos del mundo. Casi un tercio de los 42 millones de toneladas de basura electrónica que corren por el planeta se generan en dos naciones: Estados Unidos y China.


Si todos estos aparatos estropeados obtuvieran un tratamiento adecuado conformarían una valiosísima mina urbana de recursos. En un año, de ella se extraerían (y ahorrarían) unos 16 millones de toneladas de hierro, 1,9 de cobre y 300 de oro, por ejemplo, además de notables cantidades de plata, aluminio y paladio. Todos los metales salvados equivaldrían a unos 52.000 millones de dólares, más o menos lo que vale la empresa de transporte Uber. Sin embargo, en el mercado subterráneo de la electrónica se mueve ya más dinero que en el negocio de la droga, según un aclamado documental de Cosima Dannoritzer.
El reverso de la mina urbana es la mina tóxica. Prácticas primitivas como los baños en ácido, la quema de cables y el almacenamiento de metales nocivos,según un informe de The Lancet elaborado por expertos de la OMS, dejan un reguero de enfermedad en los poblados donde se llevan a cabo. Entre ellas: obesidad crónica, diabetes, hipertensión, cáncer de pulmón, alteraciones en la función tiroidea o malformaciones en los recién nacidos. Una lista que contribuye a las más de siete millones de muertes al año relacionadas con la contaminación atmosférica que estima la organización.